Collage Historia Cutanda

En diciembre de 1118, tras casi siete meses de asedio, Alfonso I conquistó Zaragoza. No fue hasta el invierno de 1119-1120 cuando el emir almorávide Ali ibn Yusuf ordenó reunir un ejército para combatir al Batallador. Encomendó su mando a su hermano Ibrahim ibn Yusuf, gobernador de Sevilla. De cara a la ambiciosa ofensiva, se movilizaron contingentes militares granadinos, murcianos, almerienses, leridanos y del señor de Molina, además de multitud de voluntarios de todo al-Ándalus.

Alfonso I, que se encontraba en aquel momento sitiando Calatayud, decidió salir al encuentro del enemigo. El lugar elegido para interceptarlo fue Cutanda, punto por el que tenía que pasar el ejército almorávide en su camino hacia el Valle del Ebro. El encuentro entre ambas fuerzas tuvo lugar el 17 de junio de 1120. Las fuentes proporcionan información dispar, respecto al número de combatientes de ambos ejércitos. Aunque algunas fuentes musulmanas elevan a 12.000 los jinetes cristianos, probablemente su número fuera una quinta parte. Guillermo de Poitiers aportó 600 jinetes, siendo los movilizados por Alfonso I algunos más, rondando el total no muchos más de 1.500. A ellos se sumarían tropas enviadas por Abd al-Malik, rey taifa de Zaragoza que había sido destronado por los almorávides.

En cuanto a los efectivos almorávides, Ibn Idari menciona 5.000 jinetes y 10.000 infantes. Al-Maqqari indica que fueron 20.000 los fallecidos entre los voluntarios musulmanes, lo que aumentaría el número inicial. Esto supone que contarían con superioridad numérica, que oscilaría entre 2 a 1 o 5 a 1. En tan desfavorables circunstancias, el ejército aragonés quizás recurrió a la sorpresa (desplazamiento nocturno para atacar a los almorávides) o ya bien eligió un terreno especialmente favorable para la carga de la caballería pesada.

Más allá de cómo ocurriera, la victoria de Alfonso I resultó apabullante. La Chronique de Saint-Maixent cifra en 15.000 las bajas musulmanas, además de ser capturados numerosos prisioneros, 2.000 camellos y otras bestias “sin número”. Las fuentes musulmanas elevan las pérdidas hasta las 20.000. En la Batalla perecieron destacados personajes, como Abu Ali al-Sadafi, además del cadí de Almería Abu Allah al-Farra.

Con independencia de las bajas, la Batalla marcó un punto de inflexión. Además de salvar Zaragoza, facilitó la conquista de los valles del Jalón y del Jiloca, con Calatayud y Daroca a su cabeza. También provocó el declive del poder almorávide, lo que le permitió a Alfonso I lanzar una expedición por Andalucía. Los trabajos arqueológicos desarrollados en Cutanda han permitido localizar el último de los campamentos ocupados por el ejército almorávide, continuando actualmente los trabajos para tratar de desentrañar qué sucedió ese 17 de junio de 1120.