El Camino de los Almorávides

junio 12, 2020

Un reciente estudio realizado en el marco del Proyecto Batalla de Cutanda, ha reconstruido la parte final del hipotético trayecto realizado por el ejército comandado por Ibrahim ibn Yusuf. Debido a la existencia de posibles problemas en el Alto Jiloca, desde unas décadas antes de la expedición almorávide, en esas fechas la ruta entre Teruel y Zaragoza discurría por el valle del río Alfambra y por el del Pancrudo, siendo Cutanda uno de los hitos del camino mencionado por al-Idrisi.

La antepenúltima etapa del viaje (hacia el 14 de julio de 1120) debió iniciarse en Tirwal (Teruel), fortificación situada en el barrio de la Judería de la actual ciudad, o en la cercana partida de Villavieja; discurrió durante todo su trazado por la vega del Alfambra y concluyó en el Castillo de Alfambra, hisn desde el que se controlaba un amplio distrito rural.

La penúltima etapa (15 de julio) partió del Castillo de Alfambra, abandonando el trazado del río para adentrarse por los llanos de Perales y Rillo; en la zona de El Collado (Rillo), penetró en la cuenca del río Pancrudo, concluyendo en el Castillo de Pancrudo.

La última etapa (16 de julio) discurrió desde esta última posición hasta el Castillo de Cutanda, existiendo varios tramos con trazados alternativos. Lo más seguro es que ascendieran por el Puerto Mínguez (Portalrubio) para evitar el Angosto de Villagarda (Torre los Negros), en el que podían ser fácil presa de una emboscada. El último tramo pudo desarrollarse por el antiguo camino de Barrachina a Cutanda, o bien continuar por el río Pancrudo hasta el Camino del Prado o el del Villarejo. Es posible que, al llegar a Cutanda, se establecieran en Las Celadas; sobre lo que actualmente son unos campos de secano situados al Sur del casco urbano, el ejército almorávide debió instalar lo que resultó ser su último campamento, unas horas antes de la transcendental batalla.

El camino descrito estaba jalonado por diversos asentamientos y fortificaciones, en los que se ha detectado la presencia de materiales arqueológicos que corresponden a ese momento. Hay que tener en cuenta que un ejército de esas dimensiones debía tener unas importantes necesidades logísticas, que en gran parte serían satisfechas con los recursos generados en los territorios por los que discurría.


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