Asalto al Castillo

junio 13, 2020

Mudo testigo de tan transcendental acontecimiento bélico, el Castillo de Cutanda se asienta sobre un cerro que domina el arroyo de la Cerradilla, anteriormente ocupado por un poblado celtibérico.

En época islámica, la fortaleza era el centro político y militar del iqlim (distrito rural) de Cutanda, dependiente de Zaragoza, según indica al-Udri. Anexa a la misma, en la ladera que desciende hacia la ermita de San Juan, había un amplio núcleo de población, posiblemente el más importante del distrito. Para el ejército almorávide, el Castillo era una posición relevante en su camino hacia el valle del Ebro, aunque las circunstancias hicieron que fuera el destino final de la expedición. A falta de excavaciones arqueológicas, poco más sabemos de su fase islámica.

Tras la Batalla, quedó al mando de sucesivos tenentes y alcaides, hasta que, a finales del siglo XIII, pasó a manos de la Mitra cesaraugustana. Los arzobispos de Zaragoza erigieron el monumental edificio, parte del cual aún se conserva. Desgraciadamente, la posición se vio envuelta en las Guerras Carlistas, resultando seriamente dañada en los sucesivos enfrentamientos, siendo finalmente demolida.

El Castillo contaba con dos recintos; en el superior se encuentran los restos del edificio monumental, de planta cuadrangular y muros de sillería de 2 metros de espesor y 8 de altura conservada. Estaba cubierto mediante bóveda de crucería de excelente factura. Al Norte de esta estructura está el aljibe de planta rectangular, con bóveda de cañón.

Del recinto exterior se conservan diversos lienzos en los flancos suroriental y suroccidental, con evidencias de la rampa de acceso y de al menos un torreón de planta semicircular.

Imágenes de Escena 2019 por Asociación Batalla de Cutanda


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